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Cartagena de Indias, Bolívar, Colombia
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lunes, 26 de abril de 2010

WILFRAN BARRIOS PAZ, TE QUEREMOS VER..., ¡DANZANDO!

Por Guillermo Correa Mosquera.

Hace unos días tuve la oportunidad de conocer a Wilfran, él se encontraba impartiendo clases en "Funsarep", y junto con sus inquietos dicentes, me invitó para compartir el maravilloso mundo de la danza, desplazándonos por los maravillosos recuerdos de vivencias de las comunidades negras de Colombia, del Centro, del Pacífico, del Atlántico de toda la Colombia Negra. Y allí a través de sus danzas, su música, sus ritos y costumbres ancestrales, que no son otra cosa que el reflejo de un universo existente en la orilla del frente atravesando una casimba inmensa de agua salada..., ese territorio que muchos de los centenarios descendientes de esa cultura hemos querido conocer. Wilfran no era la excepción, continuó amasando su sueño, desarrollando su danza en el colegio del cuerpo y su profesionalización como licenciado en danzas de la Universidad de Antioquia. luego de esa excelente etapa desarrollada en Funsarep, el colegio y la universidad, crea su propio grupo "Atabaques" y con él se cuecen sus sueños y se prepara el viaje y..., ¡África se hace posible! se va a conocer los descendientes de sus ancestros, los que no fueron arrancados de su era, los que permanecieron en la tierra original, los que tienen el orgullo de ser conocidos como oriundos del suelo que pisan y no señalados como procedentes de otra parte (en América, después de quinientos años los descendientes de africanos somos afrodescendientes y los descendientes de inmigrantes de todas las latitudes son "americanos"), y llega a la tierra de ancestralidades milenarias donde además accede al infortunio con ese virus maligno que lo reduce a un lecho, en donde no he querido acercarme, porque estoy convencido que yace en un sueño reparador, que es transitorio, que es respetable, que está decansando de los trajines del viaje, y de donde lo veremos levantarse triunfante, alegre y sonriente como siempre lo ha sido, para relatarnos sus experiencias en la soñada y al fin visitada África, porque quienes te conocemos, te queremos ver..., ¡Danzando!

*Fotografía tomada de Ajá Cartagena.




Hemos tomado la siguiente nota de Carlos Díaz Acevedo*, publicada en el diario El Universal de Cartagena, dandole una voz de aliento a nuestro entrañable amigo


“Wilfran Barrios Paz, levántate y baila”, te gritamos con voz fuerte tu esposa Candelaria, tu madre Rosa, tu mima, tu hija María Rosa, tu hijo Dabir, tus hermanos, familiares y amigos.
Despierta del sueño en que te encuentras y despiértanos de la pesadilla que estamos viviendo despiertos quienes te rodeamos. Tu sueño pasajero nos tiene en vela a quienes te conocemos y te queremos. Levántate y levántanos.
Recupera tu salud y baila nuevamente entre nosotros siguiendo el ritmo del tambor y de tu corazón. Abre tus ojos inmensos para que nos veas sentados en primera fila esperando tu aparición y tu danza en el escenario de la vida.
Abre tu boca y cuéntanos de tu travesía reciente por África, de tus nuevos y viejos viajes por Colombia y el mundo, exportando el folclor afrocartagenero y afrocolombiano. Tienes mucho que contar hasta el amanecer como para permanecer dormido tan temprano. Queremos que nos cuentes tu experiencia en Ghana y que nos digas no tanto cómo te ganaste la enfermedad allá, sino que nos narres cómo le ganaste a la adversidad acá en Cartagena. Mira que se te han juntado los cuentos de tu paso por Latinoamérica y Europa con los de África. Ponte pilas, levántate y cuéntanos “el cuento del árbol dátil de los desiertos, de las mezquitas de mis abuelos”, como cantan Ana Belén y Víctor Manuel. “Atrévete, levántate”, como canta el grupo Calle 13, como alguna vez habrá cantado y bailado tu hija María Rosa.
Mandas chaqueta, quedarte dormido en lo mejor de tu fiesta, de tu vida y tu camino lleno de personas que te queremos, de una casa y familia nueva, propia y hermosa, de organizaciones y grupos con tu impronta y tus huellas: Amigos del Pueblo, Funsarep, Biblioteca Juventud por la vida, Estampas, Colegio del Cuerpo, Ekobios, Atabaques. Esto explica por qué hay tanta gente queriendo verte en la clínica, es que tú eres un hombre de familia, de una gran familia, una persona de grupo, de bonche, de comunidad. Despierta pronto.
Párate de esa cama hospitalaria en que no luces, te ves mal. Tú brillas despierto, bien vestido, moviéndote, craneando coreografías, marcando los pasos, gritando, danzando en la noche caribeña o pacífica que tú mismo te inventaste en Funsarep, en el Festival cultural por la vida, la Fiesta de la Independencia, el Festival de tambores de Palenque, el Carnaval de Barranquilla, el Castillo San Felipe, en el Centro de Formación de la Cooperación Española.
Resiste, sé fuerte como la isla en que naciste y creciste, la cual se mantiene firme y vigorosa a pesar de tantos embates que le ha tocado enfrentar del mar en el Caribe. Levántate y anda porque todavía hay mucho camino por andar, mucho trecho por recorrer, muchos montajes por preparar y tus pies aún no están cansados. Nosotros tampoco estamos cansados de ti, te queremos y creemos que todavía hay Wilfran pa’rato.
Pon los pies en la tierra para seguir cumpliendo tus sueños de hombre negro o afrocartagenero, para llevar a la danza y la música la historia sobre la cruz que por estos días has llevado a cuestas, tal como lo hiciste con el vía crucis de los jóvenes afrocartageneros contemporáneos en el montaje llamado “Agonía”. ¡Negro, Wilfran, levántate y baila!

*Lingüista, literato y comunicador para el desarrollo.