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Cartagena de Indias, Bolívar, Colombia
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sábado, 1 de octubre de 2011

COMO UN CHEQUE SIN FONDO, EL AVAL DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS EN COLOMBIA

Por
Guillermo Correa Mosquera
Director.

Se avecinan las elecciones para las autoridades municipales y territoriales en Colombia, el pueblo colombiano se apresta a designar a los ciudadanos que han puesto su nombre a consideración para prestar el "servicio público" de gobierno, para lo cual  es necesario ser avalados por los partidos políticos o ser postulados por un número significativo de ciudadanos que los avalan con firmas.
Es absolutamente necesario en Colombia que los candidatos a cargos públicos, sean avalados, por un partido político o un grupo significativo de ciudadanos, lo cual implica el "respaldo" por cuanto se deposita confianza en el avalado. Los avales otorgados por los partidos políticos en Colombia, se recibe por los ciudadanos como un don preciado incluso se presentan enfrentamientos ideológicos entre los ciudadanos que tienen el anhelo de servir a una comunidad, para obtenerlo, en particular los aspirantes a cargos ejecutivos.
Por lo general, los ciudadanos inician campañas como precandidatos antes de obtener un aval, y en estas se invierten recursos de toda índole, tiempo y dinero que se piensa recuperar una vez se ascienda al cargo pretendido, con el salario que van a percibir por la prestación del "servicio público" de gobierno.
Una vez obtenido el aval, los ciudadanos candidatos esperan que la colectividad les brinde su apoyo, sobre todo el de aquellos que se encuentran prestando el "servicio público" de gobierno desde los organismos coadministradores y que por pertinencia legal, pueden postularse una y otra vez para el mismo cuerpo colegiado, o a otros a nivel departamental o nacional. Por disciplina de partido deberían apoyar al candidato avalado por la colectividad que también depositó la confianza en ellos.
Cuan lejos de la realidad estan estos ciudadanos, los avezados en materia de contiendas electorales le apuestan es  la continuidad en la prestación del servicioi, al parecer les produce enormes satisfacciones el hacerle frente a los problemas de la comunidad, y es que este altruista "servicio público" es tan gratificante que las luchas por acceder a éste, invaden hasta la vida privada de los contendientes, y los que deberían colaborar con los avalados por sus partidos, se quedan agazapados cual fiera salvaje al acecho de presa suculenta, y solo cuando advierten una "opicón"  mejor que la que les propone el partido, lanzan el zarpazo, y se unen al de mayor aceptación, y el aval obtenido por los ciudadanos adquiere la real dimensión que tiene, es un recipiente vacio, el documento entregado al ciudadano, no termina representando nada, por cuanto es solo eso... ¡un papel!
A los dirigentes de los partidos no les interesan las propuestas de cambio, estan anquilosados pues piensan que las cosas siempre han sido así, y deben seguir siendo así, porque legitiman el servicio público de gobierno, en cabeza de unos pocos y sus familias. Allí no cabe nadie más, por ello en cada campaña electoral, realizan el experimento a ver si resulta, entonces reparten un monton de cheques sin fondo, si resulta se hace efectivo el aval y entonces lo acompañan, lo financian y ahora si dice el partido..., ¡tenemos un candidato!.